Noruega inauguró Northern Lights, la primera instalación comercial del mundo para almacenar dióxido de carbono (CO2) de forma permanente bajo el Mar del Norte. Esta infraestructura pionera, impulsada por Equinor, Shell y TotalEnergies, ya está inyectando CO2 industrial a 2.600 metros de profundidad. El proyecto busca descarbonizar sectores pesados como el cemento y el acero, y se consolida como una plataforma abierta y clave para la estrategia climática de toda Europa.