En el Energía Summit 2025 organizada por El Observador, Alejandro Bulgheroni (PAE) solicitó suprimir o reducir las retenciones para permitir una gran expansión de las exportaciones. En ese mismo encuentro, se mencionó un pronóstico de ventas energéticas al exterior que oscila entre US$ 31.000 y US$ 50.000 millones para el año 2031.
Con una apreciación franca sobre la competitividad del país, Alejandro Bulgheroni afirmó que “Argentina va a crecer cuando no tenga impuestos a las exportaciones” y que ese camino de progreso “empieza por recortar el gasto público”. El ejecutivo identificó a las retenciones como un elemento central en los costos que limitan el dinamismo del sector, e instó a adoptar una política tributaria que incentive la inversión y la producción. Su participación tuvo lugar durante el Energía Summit 2025, organizado por El Observador, donde compartió el estrado con Horacio Marín (YPF) y otros líderes de la industria.
Los objetivos de exportación fueron otro punto importante del debate. Marín reiteró una meta mínima de US$ 31.000 millones en ventas internacionales para 2031, con una proyección optimista que podría alcanzar los US$ 45.000 millones si se logran superar las limitaciones logísticas. Bulgheroni elevó el potencial máximo a US$ 50.000 millones, siempre y cuando se establezca una economía macroeconómica estable y se apliquen cargas impositivas que sean compatibles con la magnitud de las inversiones necesarias para desarrollar Vaca Muerta.
"Vamos a crecer cuando no tengamos que pagar impuestos para exportar” sostuvo Bulgheroni.
El mensaje fue reproducido por medios nacionales y especializados, que resaltaron el nuevo hito en la producción de petróleo y la factibilidad de un gran crecimiento exportador si se corrigen las distorsiones fiscales. En este contexto, la declaración de Bulgheroni —"vamos a crecer cuando no tengamos que pagar impuestos para exportar”— resumió la postura a favor de la exportación de las empresas operadoras.
La conversación también puso de manifiesto las restricciones operativas para aumentar la escala de producción: la infraestructura de transporte (caminos y accesos), la garantía de suministro de materiales esenciales (como la arena para la fractura hidráulica) y la preparación de profesionales y técnicos para satisfacer las necesidades del desarrollo de hidrocarburos no convencionales. Teniendo este panorama, las compañías sostienen que una señal fiscal favorable a la exportación —comenzando por la reducción de las retenciones— apresuraría las Decisiones Finales de Inversión (FID) y los cronogramas de construcción, impactando directamente en la producción y en la generación de divisas.