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IA

Avanza el uso de la Inteligencia Artificial en la industria energética: el 63% ya la utiliza en distintas fases del proceso

La Inteligencia Artificial (IA) se afianza como herramienta esencial para la eficiencia energética, con el "63% de los ejecutivos" invirtiendo en arquitecturas de IA para "migrar a modelos predictivos". Sin embargo, su escalamiento es lento y enfrenta serios desafíos: solo el "39% de las empresas" tiene un plan claro para su fuerza laboral o "principios de IA responsable".

Por Redacción

Martes, 16 de diciembre de 2025 a las 12:44

La Inteligencia Artificial (IA) ya no es una simple expectativa para el ámbito energético; se ha erigido como un recurso indispensable para incrementar la eficiencia operativa, disminuir gastos y prevenir fallas en la infraestructura crítica. No obstante, su implementación es heterogénea y presenta obstáculos considerables.

Una investigación realizada por Accenture revela que una mayoría significativa de directivos del sector, específicamente el "63% de los ejecutivos", confirmó que sus empresas ya han canalizado inversiones en el desarrollo de arquitecturas basadas en agentes de IA. Este paso es visto como crucial para modernizar la generación, el transporte y la distribución de la electricidad.

A pesar de este progreso, la integración masiva (a escala) de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) avanza con mayor lentitud. Solamente el "36% de los ejecutivos consultados indicó que su organización ya se encuentra escalando el uso de IA generativa", lo que evidencia una notable disparidad entre las fases de prueba tecnológica y su completa inserción en los procesos de negocio.

Accenture destaca que las repercusiones de estas tecnologías son tangibles. Nicolás Ruíz Moreno, líder de Consultoría en Energía de Accenture Argentina, explicó que usar la IA permite una anticipación de fallas y anomalías a lo largo de toda la cadena de valor energética. Esto implica una transición desde los tradicionales modelos de mantenimiento preventivo hacia "modelos predictivos".

Talento humano y gobernanza: puntos críticos

Más allá de la esfera puramente tecnológica, uno de los mayores frenos se localiza en el aspecto laboral. Aunque la IAG tiene el potencial de potenciar las capacidades de los equipos humanos, exige una reforma profunda tanto en los flujos de trabajo como en las competencias requeridas. El informe señala que un "39% de los ejecutivos del sector energético afirmó contar con un roadmap claro sobre cómo la IA generativa impactará en su fuerza laboral".

Otro factor vital es la gestión de riesgos. El estudio revela que apenas el "39% de las empresas energéticas cuenta hoy con principios de IA responsable y con estructuras de gobernanza" que sean aptas para manejar los riesgos a lo largo del ciclo de vida de la IAG.

Ruíz Moreno advirtió categóricamente: "La falta de gobernanza robusta puede derivar en sesgos algorítmicos, problemas de privacidad o fallas de seguridad con consecuencias graves para clientes e infraestructuras críticas". Subrayó, además, que la ausencia de marcos de control bien definidos puede transformar el poder transformador de la IA en una peligrosa fuente de "vulnerabilidad".

 El costo energético de la innovación: Data Centers

El rápido crecimiento de la IA plantea un desafío sistémico para el sector eléctrico: el boom de los centros de datos (data centers).

Las proyecciones de Accenture indican que, para el año "2033 estos centros podrían consumir hasta el 23% de la energía eléctrica de Estados Unidos". En 2023, su consumo fue de "176 TWh", y se estima que esta demanda se triplique en menos de diez años. Esto se debe a que la IA generativa requiere una capacidad de cálculo masiva y un enfriamiento constante.

Belén Arce, líder de Sostenibilidad en Accenture, alertó que las actuales redes de transmisión no están preparadas para gestionar una expansión tan veloz y dispersa geográficamente. Aunque las fuentes renovables son una parte esencial de la solución, su oferta actual es insuficiente para cubrir este nivel de demanda sin significativas inversiones adicionales en infraestructura.

Frente a esta coyuntura, los gigantes tecnológicos (como Google, Meta y Microsoft) están buscando alternativas para asegurar su propio suministro. Lideran inversiones en energías verdes, pero también evalúan soluciones como reactores nucleares modulares pequeños y centrales de gas natural ubicadas en las proximidades de sus data centers, con el fin de disminuir su dependencia de la red eléctrica convencional.

Desde Accenture, se insta a un cambio de paradigma en la administración eléctrica, proponiendo redes más flexibles e inteligentes, la implementación de incentivos para el consumo eficiente y una planificación conjunta entre las empresas de servicios públicos (utilities) y los grandes consumidores. Esta situación abre oportunidades en regiones que aún no están saturadas para atraer inversión, siempre que se pueda garantizar un suministro eléctrico fiable, conectividad robusta y personal cualificado.

A pesar de que América Latina todavía no experimenta la presión extrema de EE. UU. o Europa, el tema ya es objeto de discusión. En Argentina, el avance de la IA ya genera inquietudes respecto a su impacto energético, mientras que varios países de la región se posicionan como destinos atractivos para nuevas inversiones digitales, gracias a sus "costos energéticos competitivos y recursos renovables disponibles".