El sector energético de Argentina alcanzó un superávit comercial sin precedentes en la historia reciente, al cerrar el período de enero a septiembre de 2025 con un saldo positivo de $5.368 millones de dólares. Este hito consolida al rubro como el principal motor generador de divisas para la economía del país.
Este notable saldo representa un crecimiento de $1.656 millones de dólares respecto al mismo lapso del año anterior, 2024, cuando el superávit se había situado en $3.712 millones de dólares. El aumento se debe a una combinación favorable de incremento en las ventas internacionales y una eficiente administración de las compras de combustibles.
Exportaciones impulsadas por Vaca Muerta
El valor total de los productos energéticos exportados mantuvo una trayectoria ascendente durante 2025. En los primeros nueve meses, la nación vendió combustibles al exterior por un monto acumulado de $8.131 millones de dólares, superando los $7.187 millones de dólares facturados en 2024.
La contribución más significativa a este crecimiento provino del petróleo crudo. El valor de sus exportaciones se elevó un 21% interanual, un resultado directamente atribuible a la expansión de la producción no convencional en el yacimiento de Vaca Muerta.
Es importante destacar que este aumento en la facturación se dio a pesar de la disminución en los precios internacionales. La cotización promedio del barril de petróleo argentino en el mercado externo experimentó una baja del 13% durante el periodo analizado, lo que ejerció presión sobre los márgenes de rentabilidad.
Dado que los precios declinaron, el incremento en los ingresos por ventas se explica por un considerable aumento en el volumen físico despachado. Las cantidades de crudo exportado se dispararon un 41% en la comparación interanual.
Destino de las exportaciones y excedente de crudo
En cuanto a la distribución geográfica, Estados Unidos se afianzó como el principal cliente del crudo argentino, comprando petróleo por $1.039 millones de dólares entre enero y mayo de 2025, lo que marca una dependencia creciente del mercado norteamericano.
La alta capacidad exportadora de Argentina es el resultado de la diferencia entre la producción nacional y lo que puede ser procesado por las refinerías locales. En mayo, la producción de petróleo en el país superó los 754.000 barriles por día, dejando un excedente cercano a los 230.000 barriles diarios listos para la venta externa.
En segundo lugar entre los compradores se ubicó Chile, cuyas adquisiciones de crudo argentino sumaron $748 millones de dólares en el mismo periodo (enero-mayo). Las entregas al país vecino están supeditadas al funcionamiento pleno del Oleoducto Trasandino (OTASA), que conecta la provincia de Neuquén con el país transandino.
Menor gasto en importaciones
El superávit fue reforzado también por un recorte en el gasto destinado a la importación de energía. El total de compras se redujo de $3.475 millones de dólares en 2024 a $2.763 millones de dólares en 2025.
Esta reducción del gasto se debe, en gran medida, a una menor necesidad de adquirir combustibles en el exterior. Específicamente, el valor de las compras de gasoil se contrajo un 25%, mientras que el de GNL (gas natural licuado) disminuyó un 6%, reflejando los efectos positivos de la mayor producción interna de gas.
Finalmente, este superávit energético de $5.368 millones de dólares constituyó el componente más importante del saldo comercial total de Argentina, que se situó en $6.030 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2025.