La introducción de las Estaciones de Servicio móviles representa un cambio muy importante en la metodología de distribución de combustibles en Argentina. La reciente desregulación impulsada por el Gobierno nacional, que suaviza los requisitos para la instalación de tanques elevados y sistemas modulares, ha creado un nuevo escenario donde la eficacia y la capacidad de adaptación superan a los modelos de infraestructura energética tradicionales y rígidos.
Estas expendedoras transportables, diseñadas primordialmente para el autoconsumo de sectores como la industria, las empresas de transporte y las entidades públicas, operan como auténticos centros de suministro descentralizados. Su concepción permite el traslado completo, un ensamblaje en poco tiempo y una operación segura bajo estándares certificados por la Secretaría de Energía.
Un ejemplo palpable es la estación de despacho inaugurada recientemente en la localidad de Lago Posadas, en la provincia de Santa Cruz, por la compañía estatal Formicruz. La unidad fue entregada completamente ensamblada y comenzó a funcionar en apenas días. Cuenta con un tanque de 40.000 litros con tecnología resistente al fuego, módulos para el despacho, oficina y servicios sanitarios, además de un sistema eléctrico antiexplosivo debidamente homologado.
“Este tipo de estaciones modulares representa una evolución en la forma de abastecer energía. Son seguras, rápidas de instalar y cumplen todas las normativas vigentes”, explicó Pablo Capuano, gerente comercial de la empresa fabricante Bertotto Boglione, en conversación con el portal Surtidores. Según el directivo, la modificación normativa “vino a reconocer una necesidad técnica y económica largamente postergada en el país”.
El decreto del ministerio de Desregulación, permite el uso de instalaciones aéreas siempre que mantengan condiciones de seguridad equivalentes a las instalaciones subterráneas. Esta enmienda facilita la inversión del sector privado y acelera la llegada de estas soluciones flexibles a áreas donde los elevados costos de obra civil o los trámites ambientales hacían inviable la instalación de estaciones convencionales.
Tal como se ha enfatizado en diversas publicaciones de este medio, la flexibilización abre paso a un nuevo esquema energético descentralizado. Bajo este modelo, las estaciones móviles pueden asegurar el suministro de combustibles líquidos en zonas rurales, mineras o viales, sin depender de la infraestructura fija tradicional. Capuano resumió: “Son una herramienta que acerca energía donde falta energía, y eso significa también desarrollo productivo”.
El empresario concluyó: “El avance de las estaciones móviles no solo responde a una innovación tecnológica, sino a un nuevo marco regulatorio que libera la capacidad del país para desarrollar infraestructura energética flexible, capaz de adaptarse a los desafíos de una economía que busca dinamismo, competitividad y autonomía”.