La actividad petrolera argentina, centrada en Vaca Muerta, está transformando radicalmente el esquema salarial del país. En octubre de 2025, Neuquén se posicionó a la cabeza a nivel nacional, registrando un salario neto promedio del sector privado de $2.659.048, de acuerdo con las cifras de Interbanking. Este liderazgo indiscutible se atribuye directamente a la industria hidrocarburífera, generadora de empleos altamente calificados y principal motor de industrias secundarias como la logística y la construcción.
El podio de las remuneraciones es completado por otras provincias patagónicas: Chubut le sigue de cerca con $1.789.204, impulsado por sus operaciones onshore y offshore, y Río Negro con $1.682.624, beneficiada por su conexión directa con la cadena de valor de Vaca Muerta. Estas cifras superan con amplitud la media nacional de $1.350.000 (registro de mayo de 2025 del INDEC), evidenciando la concentración geográfica de la riqueza generada por el petróleo.
Esta dinámica es respaldada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo trimestre de 2025 indicó que regiones productoras como Chubut y Neuquén exhiben ingresos netos que duplican o triplican el promedio registrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que se ubicó en $1.593.245.
Un informe del Grupo de Apoyo al Proyecto Petrolero (GAPP) destaca que "El sector privado neuquino amplió notablemente su capacidad de absorción de trabajadores en la última década". Este análisis asocia la puesta en marcha de Vaca Muerta con un crecimiento del 50% en la masa asalariada privada desde el año 2014.
Brecha regional
Mientras el Sur patagónico avanza con el respaldo de exportaciones energéticas y un trabajo industrial de alta demanda, el panorama laboral es mucho más desigual en otras latitudes. Las provincias del Norte, como Santiago del Estero, registran ingresos que apenas llegan a $449.603. Esta disparidad subraya que gran parte del interior del país aún depende de economías primarias de bajo valor agregado.
Al analizar el interior de Neuquén, la disparidad salarial se acentúa. El sector de petróleo y gas, si bien emplea al 16,5% de los trabajadores registrados (equivalente a $27.091$ puestos en el tercer trimestre de 2024, según la Dirección de Estadísticas de Neuquén), genera el 38% de la masa salarial provincial y contribuye con casi el 45% del Producto Bruto Geográfico. En diciembre de 2024, incluyendo el aguinaldo, la remuneración promedio en la actividad alcanzó los $7,7 millones por mes, una cifra 5,17 veces superior a la de sectores como enseñanza ($1,49 millones) o agropecuaria.
Esta estructura segmenta el mercado: si bien Comercio ($25.535$ trabajadores) y Construcción ($21.567$) junto a Petróleo, Industria y Servicios absorben el 75% del empleo privado, sus sueldos pueden ser hasta cinco veces menores a los de hidrocarburos. El informe del GAPP advierte que "Esta estructura subraya una notable disparidad salarial entre las distintas ramas de actividad".
La dinámica de los ajustes salariales anuales (entre junio de 2024 y junio de 2025) también acompaña esta tendencia: Neuquén incrementó sus salarios un 55%; Río Negro, un 56%; y Chubut, un 41%. Los tres porcentajes se sitúan por encima del promedio nacional, que parte del 31%.
El Talón de Aquiles: desigualdad de género y desafíos estructurales
El boom petrolero exacerba desigualdades transversales ya existentes. A nivel nacional, la brecha salarial de género se mantiene en un 27,2% (segundo trimestre de 2025, INDEC): los varones perciben $1.044.868$ en la ocupación principal, frente a $760.555$ de las mujeres. La participación femenina en Vaca Muerta es inferior al 18%, lo que restringe su acceso a los roles con mayor remuneración. El informe del INDEC de octubre de 2025 detalla que "La diferencia en el ingreso promedio alcanza el 27,2%".
Este gap estructural se ve amplificado en provincias petroleras como Neuquén y Chubut, contexto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha analizado para América Latina. Si bien han surgido iniciativas como la Red de Mujeres de la Energía (lanzada en septiembre de 2025) y programas de mentoría en empresas como Halliburton y SLB que buscan una cuota del 50% de mujeres en sus programas de jóvenes profesionales, a noviembre de 2025 aún no se han podido medir métricas cuantitativas de su impacto salarial.
La matriz laboral neuquina, fuertemente dependiente de Vaca Muerta, sintetiza un dilema nacional: sectores clave como servicios empresariales (16.115 trabajadores) y transporte y comunicaciones (12.938) sostienen el dinamismo, pero con salarios considerablemente bajos.
A futuro, esta configuración dual plantea un riesgo de limitar la movilidad laboral y de atraer talento exclusivamente hacia los hidrocarburos, generando desafíos para retener personal en otras ramas esenciales. Políticas que fomenten la diversificación, como incentivos a las energías renovables o la capacitación en habilidades digitales, son vistas como medidas clave para mitigar estos riesgos. El estudio 2025 de la OIT sobre la "Desigualdad salarial de género en América Latina: ¿Cuál es la situación actual?" enfatiza la urgencia de integrar la equidad en los ciclos de boom extractivo para evitar la estratificación socioeconómica.