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El proyecto de Uranio en Río Negro que busca eliminar importaciones y generar ahorros millonarios

La empresa Blue Sky, en asociación con Corporación América, acelera la etapa de factibilidad del Proyecto Ivana en Río Negro, una iniciativa de uranio con una inversión comprometida de más de U$S 190 millones. De concretarse, Argentina recuperaría la capacidad de extracción de este mineral estratégico, eliminando la importación de materia prima que actualmente supera los U$S 23 millones mensuales y cerrando definitivamente el ciclo productivo nuclear nacional.

Por Redacción

Jueves, 20 de noviembre de 2025 a las 11:26

La firma Blue Sky está intensificando sus esfuerzos para alcanzar la fase de factibilidad en un proyecto de uranio, ubicado en la provincia de Río Negro. Este plan cuenta con el respaldo de un socio estratégico dispuesto a inyectar más de U$S 190 millones. De materializarse la iniciativa, el país podría economizar más de U$S 23 millones mensuales al suprimir la necesidad de importar el mineral.

Argentina se destaca como uno de los escasos países con la capacidad de abarcar la totalidad de la cadena productiva de la energía nuclear. Actualmente, el combustible se obtiene mediante la importación del mineral sin concentrar, conocido en la industria como yellow cake, que luego pasa por un proceso industrial completo para generar electricidad en sus centrales.

La única fase pendiente de reactivar es la extracción del mineral, una actividad que fue suspendida hace más de tres décadas. Al carecer de minería de uranio, Argentina se ve obligada a adquirir la materia prima en el exterior para mantener operativas sus tres centrales nucleares. En agosto, este concepto supuso un desembolso de U$S 23.797.000, constituyendo el mayor egreso en su balanza comercial minera. Sin embargo, este escenario podría cambiar con la eventual puesta en marcha del Proyecto Ivana en la Patagonia.

Inversión y etapas: Corporación América se suma al Proyecto Ivana

El yacimiento Ivana, que actualmente se encuentra en etapa de exploración, es el activo más avanzado en la cartera de Blue Sky y presenta la mayor probabilidad de iniciar la producción. Ariel Testi, gerente de exploración de la minera, detalló que, tras completar el Estudio Económico Preliminar (PEA), "la siguiente etapa es la prefactibilidad, para lo que formamos una segunda compañía que es Ivana Minerales, donde llevamos los expedientes".

Paralelamente, en febrero de 2025, se consolidó una alianza estratégica (joint venture) con el grupo Corporación América, asegurando así el capital necesario para las labores futuras. El geólogo confirmó que la inversión inicial será de "u$s35 millones en el proyecto". Estos fondos permitirán financiar los estudios de prefactibilidad y acelerar el cronograma para el inicio de la operación.

Dentro de su estrategia, la empresa tiene planes de intensificar la investigación en áreas adyacentes al yacimiento con el objetivo de expandir las reservas ya cuantificadas. El sector principal dispone de 19,7 millones de toneladas de material con una ley de uranio favorable, y el 80% de estos recursos están "indicados", lo que denota un alto grado de certeza. Si bien han trabajado en el sitio desde 2011, fue a partir de 2018 que los procesos se aceleraron gracias a las inyecciones de capital de Blue Sky Uranium.

A través del Joint Venture, Corporación América adquirirá una participación del 49% en el proyecto y garantiza un porcentaje de los minerales futuros. Además, se han comprometido a una inversión posterior de U$S 160 millones para la edificación de la planta procesadora, cuyo método de obtención de uranio se simplifica gracias a las características del yacimiento.

Ahorro de divisas y cierre del Ciclo Nuclear

La balanza comercial de minerales en Argentina es positiva: en agosto de 2025 se exportaron 424 millones de dólares frente a importaciones por 120 millones. De las adquisiciones externas en ese mes, el rubro de "uranio natural y sus compuestos" representó el gasto más significativo, acaparando el 24,8% del total con U$S 23,8 millones destinados a estos insumos cruciales para el funcionamiento de las centrales.

Aunque no es un monto elevado en contraste con las exportaciones, es un valor que el país podría dejar de erogar, una posibilidad que existió hasta la interrupción de la explotación de los yacimientos nacionales. Este es el aporte potencial que una mina como Ivana, o cualquiera de los otros 17 proyectos en distintas fases de exploración, podría inyectar a la economía nacional.

A diferencia de otros metales como el cobre o el oro, Argentina ha desarrollado todos los eslabones de la cadena de valor agregado para el uranio. Tras la extracción, el mineral se concentra para producir el yellow cake, un compuesto con bajos niveles de radiación, pero rico en óxidos de uranio. Este es precisamente el material que la industria nuclear local adquiere hoy en día.

En el ciclo productivo, esta materia prima es transformada en dióxido de uranio, un proceso industrial clave. El combustible se manufactura a partir de este compuesto, el cual es prensado y horneado. Los controles de calidad se realizan localmente antes de trasladar el material a las tres centrales operativas: Atucha I y II, y Embalse. También se elabora combustible para los reactores de investigación, cerrando así el ciclo nuclear completo.

La ley vigente exige que la producción de cualquier proyecto minero que se ponga en marcha debe, prioritariamente, abastecer el mercado interno, tal como lo afirmó Testi. A su vez, el hecho de que los reactores nacionales adquieran el mineral a valores internacionales crea un mercado atractivo para los proyectos mineros en desarrollo. El excedente de producción podrá ser exportado, generando un flujo adicional de divisas.

Expectativa Global: crecimiento y sólidos precios del insumo nuclear

Según el último informe de la Secretaría de Minería, el país posee 33.780 toneladas de uranio identificado, considerando el potencial del mineral ya tratado y concentrado, con las mayores reservas ubicadas en Chubut, Mendoza y Río Negro. La última explotación de este mineral fue Sierra Pintada, en Mendoza, que cesó su actividad en 1997.

Actualmente, la cartera nacional maneja diversas alternativas, aunque Ivana resalta por su prometedor potencial. Esto se debe a que el yacimiento permite extraer mineral con altas concentraciones de uranio a solo dos metros de la superficie, mientras que otros requieren acceder a zonas de riqueza situadas a decenas o cientos de metros.

Pese a ello, Testi enfatizó el gran potencial para colocar uranio, tanto en el ámbito nacional como internacional. La transición energética está impulsando la demanda de generación eléctrica con baja huella de carbono, y las centrales nucleares cumplen con estas condiciones, siendo, además, una fuente de energía más estable que la eólica o la fotovoltaica.

El precio del insumo nuclear ha experimentado incrementos constantes en los últimos años, y el geólogo anticipa que esta tendencia se mantendrá. "A nivel de costos la producción está equiparada, las demandas futuras todas están en alza y el precio aparenta ser bastante sólido", aseguró. La expectativa global es tal que las empresas que han anunciado descubrimientos recientes han visto subir sus acciones hasta un 20%.