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Japón se consolida como vanguardia verde con el motor que utiliza hasta un 30% de hidrógeno para funcionar

El motor fue creado por la reconocida empresa de motores y vehículos Kawasaki, y puede generar energía con una mezcla de hasta 30% de hidrógeno. 

Por Redacción

Lunes, 27 de octubre de 2025 a las 15:47

La firma Kawasaki Heavy Industries presentó oficialmente su motor a gas de gran potencia inaugural que tiene la capacidad de operar utilizando hasta un 30% de hidrógeno mezclado con su combustible base. Este lanzamiento se considera un hito trascendental para la transición energética global. La tecnología ya ha superado su fase de prueba en un entorno operativo real, verificada desde octubre de 2024 en sus instalaciones de Kobe, Japón. El motor ya está disponible en el mercado, con la finalidad de acelerar la descarbonización del sector energético sin exigir grandes modificaciones a las infraestructuras actuales.

Características de la innovación

El motor fue bautizado como Kawasaki Green Gas Engine y proporciona una potencia de 8 megavatios (MW). Mantiene el alto rendimiento característico de la gama lanzada en 2011, de la cual ya existen más de 240 unidades operando en todo el mundo. Su rasgo más innovador radica en su habilidad para realizar la co-combustión de gas natural con una proporción de hidrógeno que alcanza el 30%. Esta capacidad reduce significativamente las emisiones sin la necesidad de desplegar redes de suministro exclusivas para este nuevo vector energético.

Esta versatilidad convierte al sistema en un instrumento estratégico para migrar de manera organizada hacia una matriz energética menos contaminante, sin depender totalmente de una infraestructura de hidrógeno plenamente desarrollada en la actualidad.

Adaptabilidad y contexto global

Más allá de su avance técnico, el principal atractivo del nuevo motor es su enfoque práctico. Puede ser integrado directamente a las tuberías de gas existentes, lo cual disminuye los costos iniciales e impulsa su rápida implementación. Esta filosofía, conocida como retrofit inteligente, está siendo implementada en diversas naciones europeas, permitiendo la conversión gradual de centrales de cogeneración, calderas de uso industrial o redes urbanas para la utilización de gases renovables, como el hidrógeno o el biometano.

La propuesta de Kawasaki, en esencia, da respuesta a una necesidad imperiosa del mercado: progresar hacia la neutralidad de carbono con opciones viables, evitando interrupciones en el funcionamiento de la matriz energética existente.

El Kawasaki Green Gas Engine está concebido para funcionar como fuente de energía distribuida, una cualidad crucial para aumentar la seguridad y estabilidad de los sistemas eléctricos. Dado que puede ser instalado en ambientes industriales, urbanos o rurales, ofrece una alternativa robusta para las naciones que buscan reducir su dependencia de combustibles como el carbón y el petróleo.

Japón, con su meta de alcanzar la neutralidad climática en 2050, está a la vanguardia de estas iniciativas y ha apostado decididamente por el hidrógeno. Alemania sigue una trayectoria similar con sus proyectos “H2-ready” para plantas de ciclo combinado. Por lo tanto, la co-combustión, tal como la ofrece Kawasaki, se establece como un puente tecnológico entre la era fósil del presente y el panorama renovable del futuro.

Retos y desarrollos complementarios

Para que el potencial completo de esta tecnología se materialice, aún es imprescindible fortalecer toda la cadena de valor del hidrógeno, abarcando desde la producción y el transporte hasta el almacenamiento y su utilización final. En paralelo al desarrollo de su motor híbrido, Kawasaki está trabajando en el diseño de buques criogénicos para transportar hidrógeno líquido, así como en compresores de alta presión y sistemas de almacenamiento seguros, buscando establecer una infraestructura global para este nuevo combustible.

El desafío pendiente y más significativo sigue siendo lograr la producción de hidrógeno verde a gran escala y con costos bajos. En este ámbito, el progreso de la electrólisis alimentada por fuentes de energía renovable jugará un papel decisivo para que la visión de un sistema energético libre de carbono se convierta en una realidad tangible.