Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE) ya dispone de la totalidad de la maquinaria necesaria para comenzar la fabricación de paneles solares, marcando un hito como la primera planta de su tipo en el país. El último componente crucial en arribar fue la laminadora, esencial para el inicio de las operaciones. Aunque la compañía debe aún completar una serie de pasos técnicos que se extenderán hasta mediados de 2026 para iniciar la comercialización, la demanda está garantizada dado que son el único productor nacional y tienen proyectos propios que abastecer. Esto implica la necesidad de organizar el esquema comercial y asegurar a sus proveedores, mientras que, simultáneamente, se evalúa la próxima etapa de inversión: ya sea ampliar la capacidad actual o incorporar una línea para fabricar otros componentes.
Lucas Estrada, presidente del EPSE, conversó con medios locales acerca de los próximos desafíos de la fábrica. Este proyecto, que data de hace más de una década, estaba a la espera de la llegada de la máquina responsable de laminar los componentes, sellar y proteger las celdas para su correcto funcionamiento. Esto sucedió el pasado 31 de octubre, cuando, tras una compleja logística de traslado desde China, las autoridades recibieron los contenedores en la planta ubicada en Pocito.
Puesta a punto y certificación internacional
A partir de este momento, los técnicos deben iniciar el proceso de ajuste y controles de calidad, una tarea que tomará varios meses. El paso inicial consiste en “desconsolidar y armar la máquina”, según explicó el funcionario. Esto implica desembalar las piezas y luego ensamblarlas dentro de la nave industrial. Posteriormente, se debe conectar y probar su funcionamiento de forma aislada, y luego evaluar su integración con el resto del equipamiento de la línea productiva. Se estima que todo este montaje requerirá alrededor de 45 días.
Dado que la laminadora es una de las piezas más críticas y complejas, todo el proceso se realiza en colaboración con una firma suizo-alemana que tiene la responsabilidad de certificar cada fase. Con ellos también se llevarán a cabo las dos etapas de pruebas y aceptación, conocidas como FAT (Prueba de Aceptación Final).
En la primera fase, la máquina se pondrá en marcha en vacío, es decir, sin utilizar materia prima, solo para observar su comportamiento. Luego, se repetirá la prueba utilizando materiales, con el objetivo de determinar la eficiencia, calidad y el volumen de paneles por hora que puede producir el sistema completo.
Esta evaluación se efectuará con elementos ya certificados, que llegarán en 70 contenedores, ya que las condiciones deben estar rigurosamente controladas. Si el resultado es favorable, la empresa tecnológica otorgará su aprobación, y los paneles obtendrán la certificación internacional. Este aval es fundamental para abrir las puertas a mercados externos más exigentes para los productos sanjuaninos. Se calcula que la finalización de estos procesos ocurrirá para mediados de 2026.
Prioridad: autoconsumo y competitividad
Con una planta capaz de producir el equivalente a 400 MW en paneles solares, el EPSE se establecerá como el proveedor nacional pionero de esta tecnología. Además, Estrada aseguró que: “nuestros paneles van a ser muy competitivos en precios principalmente por los costos de flete y logística, porque no requieren de envío internacional, pero también por el impacto que tienen los aranceles internacionales”.
Con esta ventaja, la empresa estatal podría acceder a diversos mercados privados, pero en un inicio priorizará el abastecimiento de sus propios parques. El motivo, explicó Estrada, es que “un panel en Tocota, uno de nuestros proyectos, genera más ganancias por su producción de energía que la venta a un tercero”. Siguiendo esta lógica, también proveerán a parques en otras jurisdicciones, como Neuquén, donde el EPSE posee participación.
El siguiente eslabón de la cadena son los actores privados que realizan generación distribuida, es decir, la producción de energía que se inyecta a la red a cambio de descuentos en las facturas. Esto es visto como estratégico, ya que “le da más competitividad a la industria sanjuanina, al poder reducir este costo”. Por ello, se busca que una parte de los paneles beneficie directamente a los productores locales.
También se contempla contribuir a la generación en zonas de la red provincial que se encuentran más distantes o aisladas. Algunas ubicaciones consideradas son Valle Fértil o el predio de El Acequión, lo que permitiría fortalecer las líneas domiciliarias o respaldar inversiones clave de otros sectores económicos. En este contexto, la planta provincial ofrece la ventaja de que San Juan pueda velar por sus propias necesidades, en medio de un mercado global que demanda paneles de manera creciente.
Disyuntiva de inversión: ampliar o completar
Con una fábrica de 400 MW, la provincia cubre sus requerimientos, pero también existe la posibilidad de concretar más acuerdos comerciales y expandir su rol como proveedora en la industria de energías renovables. Esto plantea una elección a futuro para el EPSE, la cual se tomará una vez que la planta esté operando a plena capacidad y dependerá de la situación del mercado.
Sucede que el proyecto original de la fábrica fue concebido como una productora integral, desde la materia prima hasta el producto final, pero actualmente solo posee la maquinaria para las etapas de ensamblaje. Por lo tanto, deben importar las celdas fotovoltaicas para fabricar los paneles.
Estrada detalló que, una vez que estén comercializando y produciendo energía con sus paneles, podrán elegir entre adquirir otra línea de producción idéntica a la actual o completar el proceso productivo. La “prioridad hoy es fondear el proyecto lo máximo posible”, para tomar la decisión sobre el camino a seguir a partir de ahí.
Las condiciones internacionales serán determinantes. Los paneles chinos se encarecieron en el mercado de Estados Unidos, uno de los mayores del mundo, debido a los aranceles impuestos por Donald Trump. En este contexto, duplicar la capacidad se presenta como una oportunidad para aprovechar estas circunstancias y la subida de precios debido al incremento mundial de parques solares.
Por otro lado, contar con una fábrica de ciclo completo (desde la materia prima) es estratégico, ya que permitiría al EPSE y a San Juan reducir su dependencia de otras cadenas de suministro. Actualmente, la empresa estatal iniciará trabajando con una alta proporción de insumos importados, pero su meta es desarrollar proveedores locales y lograr que, por ejemplo, “los fabricantes de vidrio puedan certificar para vendernos y que los paneles mantengan los criterios de normas internacionales”.
El proceso de montaje y puesta en marcha de la planta le otorgará a la empresa el tiempo necesario para analizar mercados, tanto para la venta de paneles como para la búsqueda de proveedores, al tiempo que faculta a la provincia a tomar decisiones estratégicas esenciales relacionadas con la energía solar.