El Gobierno Nacional, a través del Decreto 782/2025, publicado este viernes en el Boletín Oficial, oficializó un nuevo incremento en el impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono que tendrá efecto en el mes de noviembre. Esta medida impactará directamente en los costos de la gasolina y el gasoil, e incluye una actualización que había quedado pendiente del año 2024. La última corrección en este impuesto se había notificado en agosto, aplicando durante septiembre y octubre.
Mediante este decreto, el Poder Ejecutivo —el cual lleva las firmas del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo— estableció los montos específicos. Para las naftas, se aplicará un aumento de $15,557 en el impuesto sobre los combustibles líquidos y de $0,953 por litro en el impuesto al dióxido de carbono. En cuanto al gasoil, la suba será de $12,639 por litro para el impuesto general, de $6,844 para la alícuota diferenciada vigente en áreas como la Patagonia y regiones específicas del interior del país, y de $1,441 por litro correspondiente al gravamen al CO₂.
De esta forma, solamente por el concepto de tributos, el litro de gasolina súper experimentará un aumento de $15,55 sobre sus precios actuales, y el gasoil subirá $12,63. La disposición se oficializó este viernes mediante el decreto 782 en el Boletín Oficial.
Qué dice el decreto
El texto oficial detalla lo siguiente: “El incremento total en los montos de impuesto a que se refiere el primer párrafo de este artículo que resulte del remanente de la actualización correspondiente al año calendario 2024 y de las actualizaciones correspondientes al primer y segundo trimestres calendario del año 2025, en los términos del artículo 7° del Anexo del Decreto N° 501/18, surtirá efectos respecto de la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1° de diciembre de 2025, inclusive".
La normativa indica que los valores ajustados provienen de la fórmula de ajuste trimestral basada en la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), informado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Además, el Poder Ejecutivo argumentó: “El propósito de continuar estimulando el crecimiento de la economía a través de un sendero fiscal sostenible, resulta necesario, para los productos en cuestión, diferir parcialmente los incrementos remanentes originados en las referidas actualizaciones”.
Desde el año 2018, la carga impositiva sobre los combustibles líquidos y el dióxido de carbono debe actualizarse cada tres meses conforme a la evolución de la inflación. Sin embargo, diversas administraciones gubernamentales optaron por postergar su aplicación con el fin de mitigar el efecto directo en los precios de venta al público.
Hace ya tres meses, la empresa petrolera YPF interrumpió la práctica de reportar los incrementos de precios de forma centralizada y comenzó a centrarse en ajustes basados en zonas, horarios y demanda, lo que resultó en precios dinámicos y dificulta el seguimiento constante de los valores en los surtidores.
Actualmente, en la Ciudad de Buenos Aires, el litro de nafta súper de la red de estaciones de YPF tiene un valor cercano a los $1435, y el gasoil, de $1414. En la zona del conurbano bonaerense, el litro de la gasolina súper se puede adquirir a partir de $1450. La nafta ha acumulado una suba del 12% desde el mes de julio.