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Cómo se compone la matriz energética en Argentina

Un informe de Fundar revela que la matriz energética primaria argentina aún depende en un 82,6% de combustibles fósiles, a pesar de estar mejor posicionada que el promedio global. Si bien la participación de energías limpias en la matriz eléctrica es similar a la mundial, está lejos de la media sudamericana (76,5%).

Por Redacción

Lunes, 03 de noviembre de 2025 a las 15:03

La conversión energética constituye el principal reto contemporáneo: modificar la manera en que se genera, distribuye y consume la energía con el fin de disminuir la contaminación, proteger el medio ambiente y garantizar un suministro asequible. Esta es la premisa central que la entidad Fundar expone a través de ArgenData en su nuevo informe, donde no solo presenta las cifras, sino que también delinea el rumbo que la Argentina debería tomar en el futuro próximo.

En la matriz primaria de energía, es decir, el conjunto de todas las fuentes antes de su procesamiento, Argentina todavía depende de los combustibles fósiles. En 2024, el 82,6% del total provino de fuentes como el gas natural (46,8%), el petróleo (34,8%) y el carbón (1%).

A pesar de que esta composición la ubica en una posición superior a la de naciones que tienen una fuerte dependencia del carbón, evidencia que solo el 17,4% del total se origina en fuentes "limpias". Dentro de ese segmento, la energía nuclear aporta el 2,6% y la hidroeléctrica el 7,4%, mientras que las renovables no convencionales (eólica, solar, bioenergía) apenas alcanzan el 6,5%.

El estudio —elaborado por los investigadores Elisabeth Möhle, Ana Julia Aneise y Daniel Schteingart— destaca que, a pesar del creciente protagonismo del gas en las últimas décadas (mientras el petróleo perdía terreno), la velocidad de incorporación de energías limpias continúa siendo lenta.

Posición Argentina y comparación regional

Al examinar la situación en el ámbito regional, Möhle afirmó que la nación posee "una matriz energética más limpia que el promedio global", un hecho que explicó por "una baja participación del carbón y una alta participación de la hidroelectricidad, que es la energía limpia más ampliamente difundida".

"Si bien nuestro aporte de emisiones es relativamente bajo y estamos bastante avanzados en ese proceso de transición, en Argentina hay mucho por hacer todavía. Tenemos un 40% de energías limpias en nuestra matriz y hay que avanzar", señaló la especialista como diagnóstico a nivel nacional.

Respecto al papel del Gobierno nacional, la experta opinó que "es bastante reactivo a la agenda, siguiendo los lineamientos de Trump, que salió del Acuerdo de París", aunque aclaró que no imitó ese paso porque "al no ser una potencia global como EEUU, sino un ruletaker que responde a cómo está organizando el mundo, no puede salir".

"El gobierno está trabajando en lineamientos ambientales, obligatoriamente está avanzando aunque tenga una narrativa diferente. Sin embargo, en el país, tanto la institucionalidad ambiental como la climática se redujo mucho y redujo el protagonismo del Estado para empujar una agenda que es súper relevante, porque tenemos muchas deudas sociales y es muy dependiente del agro", indicó, y agregó: "Si bien algunos actores siguen avanzando, la falta de un Estado que activamente esté ordenando el proceso, hace que queden más aisladas y pierdan potencia".

La matriz eléctrica Argentina

En cuanto a la matriz eléctrica, que solamente atiende al consumo de electricidad, Argentina muestra que en 2022 la electricidad representaba el 19% de su matriz energética global, una cifra muy cercana al promedio mundial del 20%. Desde 1990, la producción eléctrica del país se incrementó al triple, impulsada fundamentalmente por el gas natural, cuya participación en la generación eléctrica actual pasó del 39% al 47%.

A pesar de que la contribución de energías limpias en la matriz eléctrica argentina es del 38,9% (muy similar a la media global del 39,3%), se encuentra lejos del promedio de Sudamérica (76,5%). Entre las fuentes limpias para la generación eléctrica, la hidroeléctrica es la fuente principal (16,5%), seguida por la eólica (11%), la nuclear (7,1%), la solar (2,7%) y la bioenergía (1,6%).

La implementación de energías renovables también es irregular: en zonas con buen nivel de sol o viento (NOA, Cuyo, Patagonia) la solar y la eólica toman la delantera, mientras que el NEA y el Litoral presentan una menor participación.

Finalmente, el segmento del informe de Fundar sobre transición energética y emisiones de carbono recuerda que el sector energético es responsable de casi tres cuartas partes de las emisiones globales de CO. La identidad de Kaya, que vincula la población, el ingreso, la intensidad energética y de carbono, ayuda a comprender por qué en Argentina las mejoras en eficiencia o en la matriz renovable no han sido suficientes para disminuir las emisiones absolutas.

Aunque se registraron avances en eficiencia energética a nivel global, en Argentina el estancamiento de la actividad económica y el lento progreso de las energías limpias explican que las emisiones no hayan bajado.

En conclusión, el informe determina que el país posee una ventaja comparativa (baja contribución del carbón), pero que el camino hacia una matriz más limpia y una mayor electrificación requiere políticas más firmes, inversiones superiores y una transición más rápida.